Hombre al agua es una crítica menos irónica que ácida de la clase alta de Barcelona, de la ausencia de sus valores o, mejor dicho, de la glorificación de¡ pragmatismo y la trivialidad que la mueve. La novela empieza por el final con el encuentro en una habitación de hotel entre el protagonista principal y una prostituta, personaje angélico y perverso. El yo protagonista nos cuenta el tortuoso vincula con su padre, representante de¡ orden social y económico. la relación con las mujeres, marcada por la fascinación y la reticencia. el periplo por diversos países, entre la formación académica y el hedonismo liberador, y un sinfín de anécdotas de buenos amigas, anclaje esperanzador y jocoso.