"Todo cambia, pero nos quedan los recuerdos. Se levantarán edificios, se asfaltarán los arrabales, se urbanizarán los descampados, pero tú recordarás siempre la geografía de este verano. La realidad es una alegoría para la memoria. Todo lo que nos afecta permanece en nosotros, aunque se pierda en el tiempo." En el verano de 1963 España se muestra triste, espesa y encogida. El tiempo parece haberse detenido en el calendario y a todos les duelen los pies al caminar por la vida, como si les hicieran daño los zapatos. Pero en cualquier momento la suerte puede cambiar: por las grietas del presente gotea un poco de esperanza. Este verano seco, caluroso y desatinado es el del despertar de León Egea. Alejado del ambiente claustrofóbico de su pueblo y herido por la literatura, comienza a trabajar en la editorial Universo y vive su primer amor. En los momentos difíciles es importante apostar por el futuro en cómodos o incómodos plazos. Porque el futuro no será de los indiferentes. Pero hay que poner nombre a las cosas. Es lo que las hace reales, lo que les da consistencia. La ciudad detenida en el tiempo es Granada, Consuelo es la mujer bella e inevitable de la que se enamora León y el porvenir no lleva otro nombre que el del compromiso. Sí, todo empieza con el nombre.
Luis García Montero nació en Granada en 1958. Es catedrático de Literatura Española y uno de los poetas más destacados del panorama literario actual, con títulos entre los que destacan El jardín extranjero (Premio Adonais, 1983), Diario cómplice (1987), Las flores del frío, Habitaciones separadas (Premio Loewe y Premio Nacional de Literatura, 1994), Completamente viernes (1998), La intimidad de la serpiente (2001, Premio Nacional de la Crítica 2003) y Vista cansada (2008). Como ensayista ha escrito varios libros y artículos sobre la poesía europea contemporánea: La otra sentimentalidad (con J. Egea y A. Salvador, 1983), Poesía, cuartel de invierno (1988 y 2002), El realismo singular (1993), Confesiones poéticas (1993), El sexto día (2000), Gigante y extraño. Las «Rimas» de Gustavo Adolfo Bécquer (2001), Los dueños del vacío (2004) e Inquietudes bárbaras (2008). Aparte de varias ediciones críticas de obras de Federico García Lorca, Rafael Alberti y Carlos Barral, ha adaptado para la escena algunos clásicos, como Otelo, La Dorotea o La Celestina. En Alfaguara ha publicado Mañana no será lo que Dios quiera (2009), la biografía novelada del genial poeta Ángel González.
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