De la mano de un superviviente de un suicidio colectivo, último miembro de una rama que, sumida en la ruina, la decadencia, la enfermedad y la demencia, se asoma a la extinción, Thomas Bernhard plasma en esta breve novela una de las obras más representativas de su estilo y de sus obsesiones. Recluido junto con su hermano Walter por su tío materno en la inquietante torre de AMRAS -«un refugio que nos guardaba y escondía de las miradas de un mundo que sólo actúa y comprende siempre a partir del mal»-, apartada en el campo y a orillas de un estruendoso río, el narrador va desgranando en un monólogo que iluminan documentos intercalados la deriva progresiva e inexorable a los tenebrosos dominios de la locura.