La creación de la Organización de las Naciones Unidas en 1945, gestada durante la Segunda Guerra Mundial, y firmado su tratado fundacional cuando ésta finalizaba, iba a impulsar no solo el mantenimiento de la paz, considerada ésta como ausencia de guerra, sino la creación de condiciones de paz, entre las que muy pronto se m anifestó la necesidad de garantizar el principio de que los seres humanos, sin distinción alguna deben gozar de los derechos y libertades fundamentales. La primera manifestación a este respecto la constituyó la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de Naciones Unidas, cuando apenas hacía tres años de la creación de la Organización, pero ya en 1951 se iba a centrar en un problema específico, que era el de la existencia de los refugiados y los problemas que suponía intentar asegurarles el ejercicio más amplio posible de los derechos y libertades fundamentales. No se trataba de un problema nuevo, como por otra parte se ponía de manifiesto en la existencia, en ese momento, de diversos instrumentos internacionales sobre la mater