Las manos de Eve son las mejores a la hora de reconstruir rostros para el departamento forense, pero se quedan heladas cuando consigue dar forma a las facciones de aquel cadáver: unos rasgos idénticos a los de alguien muy cercano a ella, alguien que no está muerto... todavía. Junto a Joe, un curtido y desencantado policía, Eve ha construido un refugio donde criar a su hija adoptiva Jane, apartados de la ciudad y sus crímenes. Ahora el terror viene a buscarles en la forma de un sádico criminal obsesionado con Jane y, a pesar de su habilidad, ninguno de los dos está seguro de poder protegerla. Pero Jane no es una adolescente normal: cuenta con la ayuda de su despierta inteligencia, su instinto y su valor... y con la colaboración de un misterioso extraño, seductor y enigmático, que puede ser el único poseedor de las claves para salvarla.