Demetrio Sordo es un agrónomo que pasa sus días inmerso en la monotonía de su empleo como administrador y técnico agrícola en un rancho de Oaxaca. Un día, aún más aburrido que de costumbre, decide que el sexo dará sentido a su vida y va al primer burdel que encuentra. Y allí entablará una intensa relación con la morena Mireya, con quien se entiende a la perfección. Poco después, la madre de Demetrio le pide que viaje para asistir a una boda en la población de Sacramento. Lo que la madre no dice y el hijo adivina, es que la señora espera que Demetrio se entienda con alguna señorita ilustre de la comunidad y el entendimiento acabe en boda. Y así sucede: Demetrio queda prendado de Renata y casi de inmediato comienza su compromiso. Pero es entonces cuando todo se complica: el agrónomo quiere mantener ambas relaciones hasta que sea inevitable romper con Mireya. Y la chica del burdel no piensa en rupturas, ni próximas ni lejanas, y ha decidido que Demetrio será su salvador, que la ayudará a salir del burdel y se casará con ella. Casi nunca es posiblemente la más espléndida novela de este gran autor mexicano, uno de los más admirados de la literatura latinoamericana. «Un narrador profundamente cercano a la esencia del hombre» (Álvaro Mutis). «Sada será una revelación para la literatura mundial» (Carlos Fuentes). «Sada renovó la novela mexicana con Porque parece mentira la verdad nunca se sabe» (Juan Villoro). «De mi generación admiro a Daniel Sada, cuyo proyecto de escritura me parece el más arriesgado» (Roberto Bolaño).
Daniel Sada (Mexicali, México, 1953) estudió periodismo. Ha publicado los libros de relatos Juguete de nadie y otras historias (1985), Registro de causantes (1992, Premio Xavier Villaurrutia), El límite (1996), y las novelas Lampa vida (1980), Albedrío (1988), Una de dos (1994), llevada al cine en 2002, Porque parece mentira la verdad nunca se sabe (1999, Premio José Fuentes Mares), que tuvo un gran éxito de crítica y de público, un gran hito de la narrativa mexicana, Luces artificiales (2002), Ritmo Delta (2005, Premio de Narrativa Colima) y La duración de los empeños simples (2006). Sobre Daniel Sada se ha dicho: «No es tanto un narrador como una prosa. Llamarlo estilista es denigrarlo. Es uno de los formalistas más extremos del idioma, el más arriesgado de los mexicanos» (Rafael Lemus, Letras Libres); «Un narrador profundamente cercano a la esencia del hombre» (Álvaro Mutis); «Sada renovó la novela mexicana con Porque parece mentira la verdad nunca se sabe» (Juan Villoro); «En cada línea, en cada libro, a lo largo ya de muchos años, Daniel Sada ha resultado ser el hombre-novela de su generación. Pocos como él tan enamorados, con doloroso empecinamiento, de la forma, orfebre para quien -rareza entre los novelistas- cada palabra pesa en oro» (Christopher Domínguez Michael); «Daniel Sada será una revelación para la literatura mundial» (Carlos Fuentes); Daniel Sada, sin duda, está escribiendo una de las obras más ambiciosas de nuestro español, parangonable únicamente con la obra de Lezama, aunque el barroco de Lezama, como sabemos, tiene la escenografía del trópico, que se presta bastante bien a un ejercicio barroco, y el barroco de Sada sucede en el desierto» (Roberto Bolaño).