Las dificultades para conseguir trabajo y las necesidades de supervivencia explican que los jóvenes intenten «salir adelante» o buscarse la vida andando «a lo que salga», aprovechando trabajos precarios, consiguiendo dinero en el margen entre lo legal y lo ilegal, lo legítimo y lo ilegítimo, lo formal y lo informal, a través de los llamados chollos, chapuzas y changas. Urdiendo sueños y deseos con inquietudes y temores, los jóvenes componen múltiples guiones de futuro, pero no siempre el futuro se deja guiar por programas, ¿Cómo vivir la vida sin perderse en su laberinto? ¿Y cómo puede la sociología de la juventud abordar los dilemas de laberinto que viven tantos jóvenes? Cuando se comprueba que las trayectorias de los jóvenes no son lineales, se impone que pensemos en métodos postlineales de aproximación al curso que toman sus vidas. ¿El punto de partida? Los relatos de vida de los propios jóvenes. Pero ¿cómo pasar de los relatos a los contenidos de vida? ¿Qué estrategias analíticas nos servirán de instrumento para descifrar la significación de los sentidos de la vida?