Suele ser un lugar común considerar que la muerte de Calderón representa el final del esplendor cultural español y la entrada en un vacío oscuro del que apenas se sale bajo las pálidas luces del reinado de Carlos III o incluso, para los más rigurosos, con el auge de la novela realista a fines del siglo XIX. El libro que el autor tiene en sus manos demuestra que ese vacío es una invención por abandono de la crítica, ya que explora la compleja realidad intelectual y cultural que acompaña la crisis del Barroco (1675-1725), es decir, la articulación de la crisis de la conciencia en España, una crisis que pone los fundamentos para la configuración de la modernidad de corte experimental, racionalista y sensible, paso histórico ineludible para llegar a la modernidad subjetiva y la enigmática posmodernidad. Las características del discurso social durante el periodo que aquí se estudia se han analizado teniendo en consideración que el menosprecio o desinterés con que se ha considerado el tiempo de los novatores es una manifestación más del colonialismo cultural impuesto mediante sutiles mecanismos por las potencias hegemónicas. Así, este texto, muy consciente del contexto sociohistórico nacional e internacional, reflexiona sobre algunos de los problemas esenciales que en la modernidad y su expresión intelectual y política ha suscitado en la historia cultural española. A partir de ahí se integra el entramado complejo de realidades políticas, económicas, sociales, militares y culturales de la época para, acto seguido, profundizar en el discurso moderno de los novatores, contrapuesto a las dimensiones apologéticas y autodefensivas que se inscribe en ese mismo discurso, confiriéndole una ambivalencia o ambigüedad característica del momento. Se analiza la modificación esencial que tiene lugar en la articulación de un modelo humano (varonil) nuevo durante esos años cruciales y se discute la diferente significación que ocupan Francia e Italia como referentes culturales, argumentando tanto contra el aislamiento atribuido al reinado de Carlos II como contra el supuesto afrancesamiento de la España de Felipe V.
Este libro, por tanto, aprovechando y discutiendo las aportaciones parciales que otros estudiosos han hecho, representa una contribución imprescindible para comprender la genealogía concreta de la modernidad española.