Tres jóvenes colombianos que forman parte de una expedición --enviada por el jardín botánico de Miami a la
selva del Chocó-- sospechan que el real objetivo de la misma no es la supuesta búsqueda de flores desconocidas si no
otra: los gringos han descubierto el diario escrito por un médico colombiano, hace más de medio siglo, en el que
aparece un portentoso remedio contra el cáncer ¿hecho con sustancias naturales¿ conocido por el brujo de la región,
cuya efectividad el médico verificó en su momento.
Un heredero de aquel conocimiento ¿indígena, analfabeto,
de taparrabo y collar de colmillos¿ que hace de guía se empeña en evitar, junto con los jóvenes, el robo de semejante
tesoro. Es éste un alegato contra el intento de las grandes multinacionales de apoderarse del conocimiento de los
pueblos indígenas, de su entorno natural, una voz de alarma contra la creciente destrucción de estas regiones.