En abril de 1911 Albert Einstein se fue a vivir a Praga. Allí conocio a un joven Franz Kafka. Einstein y Kafka, dos símbolos, dos iconos populares de nuestra era sirven de punto de partida para este decálogo de las enormes aportaciones en el campo de las ciencias empíricas y también en el de las humanidades las letras y las artes de los individuos de origen judío en la modernidad.