Casi un siglo después de su muerte, se empieza a despejar la incógnita sobre el juicio que la posteridad ha reservado a la prolfica obra de la condesa de Pardo Bazán. La crtica suele estar de acuerdo en afirmar que lo mejor de su producción se encuentra
(1851-1921), culta, inteligente, gran viajera y lectora, dio a conocer las nuevas corrientes literarias europeas del siglo XIX. Defensora del acceso a la educación de la mujer como pieza clave para la consecución de su igualdad, desempeñó cargos casi monopolizados por hombres: consejera de Instrucción Pública, presidenta de la sección de literatura del Ateneo o catedrática en la Universidad Central