¿Verdad que las ausencias, las aves de la memoria siempre son eternas? ¿Verdad que nuestras manos aplauden la vida como golondrinas cuando despereza el día? ¿Hay verdad en el muro que asfixia las calles por donde nuestras sombras caminan? ¿Verdad que los eneros sienten el verano más cerca? Verdad es cuando la música cae rendida a tus pies. Verdad cuando el clamor de tus ojos sentencia tus labios al silencio. Verdad si el frío de tu divinidad hace infinita la espera. Verdad si la leyenda de la muerte no es más que ruido. Verdad cuando el hermano es hermano. Es verdad cuando la psicología de la destrucción no es más que teatro. Verdad cuando la media es un rito en el que escudarse. Verdad de un retorno, del renacer del principio de las cosas. Verdad allí donde la infancia es la princesa de la semana. Verdad inundada de aristas que cortan la fina piel de las memorias, de esas memorias que nadie termina comprendiendo. Verdad inutilizada, amedrentada y asesinada en la plaza de los ajusticiados. Verdad comprada, alquilada y pagada con los afamados maravedíes de oro. Verdad reconocida en la sensatez, reconocida en