SCHELLING, FRIEDRICH WILHELM JOSEPH
Este ensayo, aparecido en 1795, cuando F. W. J. Schelling apenas contaba veinte años de edad, es la tercera obra publicada por el filósofo, y exhibe ya una madurez y una perfección formal tan inusitadas que hicieron que se hablase unánimemente de su autor como de un «genio precoz».
Schelling continúa en este escrito la preocupación heredada de los postkantianos Schulze, Maimon y Reinhold por hacer realidad el «sueño» de Kant de transformar la filosofía en ciencia, y desarrolla la pretensión de Fichte de reducir todo el sistema kantiano a una única proposición: Yo=Yo. La tesis central del ensayo sostiene que el principio de toda filosofía es el Yo absoluto conocido a través de la «intuición intelectual». Schelling concibe este Yo absoluto como libertad, como pura actividad creadora, otorgando preeminencia a la acción sobre el pensar y a la motivación moral sobre el conocimiento.
Friedrich Wilhelm Joseph Schelling nació en Leonberg (Alemania) el año 1775 y murió en St. Gallen (Suiza), en 1854. Fue eclipsado por Hegel, su amigo de juventud, y el hegelianismo, viéndose relegado, dentro de la constelación del Idealismo alemán, a una figura subsidiaria y, a lo sumo, conocido como el creador de la filosofía de la naturaleza. Cuando a mitad de la vida falleció su mujer, Caroline, Schelling sufrió una crisis que lo movió a dar un giro radical, teológico, a su filosofía. Esta nueva etapa comienza con «Escrito sobre la libertad» (1809), continúa con «Las edades del mundo» (1811) y concluye, de 1832 en adelante, con el amplio desarrollo de la llamada «filosofía positiva», en los escritos sobre filosofía de la mitología y la revelación.