Roland Barthes fue a China del 11 de abril al 4 de mayo de 1974, acompañado por François Wahl y de una delegación del grupo «Tel Quel» compuesta por Philippe Sollers, Julia Kristeva y Marcelin Pleynet.
El cuaderno se ha conservado tal y como Barthes lo escribió, incluso con sus esbozos y dibujos.
Diario de mi viaje a China recoge los cuadernos hasta ahora inéditos que el autor realizó durante dicho viaje. En ellos se observa una visión distanciada de ese recorrido, atenta a los detalles, a los colores, a los paisajes, a los cuerpos, a los pequeños acontecimientos cotidianos, que él comenta con humor. Las anotaciones de cosas vistas, sentidas, oídas, alternan con observaciones puestas entre corchetes: reflexiones, meditaciones, críticas o frases de simpatía, que son como apartes sobre el mundo que lo rodea.
Al cabo de algo más de treinta años, los cuadernos de Roland Barthes aportan una mirada lúcida sobre los acontecimientos y los discursos de ese viaje. Una visión más interesada por la gente y las cosas que por los museos y los yacimientos arqueológicos.
?Nada se sabe, nunca sabré nada: ¿quién es el muchacho que está a mi lado? ¿Qué hace durante el día? ¿Cómo es su habitación? ¿Qué piensa? ¿Cuál es su vida sexual? etc. Cuellecito blanco y limpio, manos finas, uñas largas.? Roland Barthes
Roland Barthes nació en Cherburgoen 1915. Tras licenciarse en letras clásicas en la Sorbona, fundó el Groupede Théâtre Antique de París. Fue profesor en la capital francesa, en Biarritz,y posteriormente en Rumania, Egipto y Alejandría. En 1953 apareció su primer libro, El grado cero de la escritura, al que siguieron, entre otros, Micheletpar luimême (1954), Mitologías (1962), Sur Racine (1963), Critique et vérité (1966), Système de la mode (1967), S/Z (1970), Sade, Fourier, Loyola (1971), El placer del texto (1973), Roland Barthes (1975), Fragmentos de un discurso amoroso (1977) y La cámara lúcida (1980). Murió en París el 23 de marzo de 1980 dejando una obra que lo ha situado entre los intelectuales franceses más relevantes y polémicos de la segunda mitad del siglo XX. Está considerado el máximo representante del postestructuralismo francés y uno de los padres de la semiótica moderna. Póstumamente se publicó Incidentes (1987).