Alejandro Dumas (1802-1870), uno de los escritores más venerados de Francia, fue un gran cocinero y un notable gourmet. Nieto de un maître del duque de Orleans, en su ilimitada curiosidad, la cocina y la gastronomía ocuparon un lugar destacado. Era frecuente verle en la cocina preparando todo tipo de platos suculentos, de lo que existen numerosos testimonios. "Dumas, en camisa, mete mano a la masa, hace una tortilla fantástica, dora la pularda...corta la cebolla, remueve las ollas, y les da 20 francos a los pinches". Esto ocurría en el hotel en que se estaba alojando, es decir, lo hacía por puro placer.
En la plenitud de su fama, decidió rematar su obra literaria con un gran diccionario gastronómico, del cual esta es la primera versión en castellano. Su Diccionario de cocina se basa en su prodigiosa memoria, su gran experiencia viajera y su saber acumulado durante tantos años. Todo ello, sazonado por la pasión que siempre sintió por la cocina y el arte gastronómico. El libro está lleno de humor, de deliciosas anécdotas que mantienen la sonrisa del lector, de pequeños pasajes biográficos del mayor interés, y, por supuesto, de recetas: desde la sopa de gambas o el potaje de cangrejo a la sencilla y deliciosa tortilla provenzal, la peculiar fondue con huevos, la sopa de cebolla Stanislas, que maravilló al rey de Polonia, o las exquisitas trufas al champán; o los dulces y postres de Dumas: galletas al limón, pastel de pistachos, pudding de manzana reineta y pasas... Una obra amena, divertida, de grata lectura, que hará las delicias de todo aficionado a la cocina.
Hijo de un militar francés que dejó a su familia en la ruina, Dumas tuvo que abandonar pronto los estudios. En París, donde llegó en 1823, completó su educación autodidacta. Desde muy temprano, empezó a escribir poemas y relatos, además de obras teatrales. En 1829, obtiene un éxito teatral con < i > Enrique III y su corte < /i > . Desde entonces, inicia una enorme producción literaria, y, además de teatro, novelas de viajes y biográficas, publica las novelas históricas con las que obtendrá un enorme éxito, como < i > Los tres mosqueteros < /i > (1844), < i > El conde de Montecristo < /i > (1845), < i > La reina Margot < /i > (1845) o < i > El tulipán negro < /i > (1850), etc. De vida agitada y derrochadora, ganó muchísimo dinero aunque estaba siempre endeudado. Los últimos años de su vida vivió gracias a sus hijos, Alexandre Dumas, también escritor, fruto de su relación con una modista, y Madame Petel, que tuvo con un actriz, que en su día le obligó a reconocer a ambos.