Cuando en 1894 Robert Louis Stevenson murió en una isla de Samoa - a la que había viajado en busca de alivio para su mala salud - hacía tiempo que los nativos le conocían como Tusitala, el narrador del cuentos. La literatura universal le debe obras como La isla del Tesoro o La flecha negra. Había nacido en Edimburgo, en 1850.