I «Un ser sobrenatural: Dios, creador, espíritu del siglo, descubrió la materia primigenia y la convirtió en una forma múltiple. La sustancia original está formada por cuatro elementos: fuego, agua, aire y tierra. Todo cuanto existe es caliente o frío, está seco o húmedo. A partir de la reacción entre el fuego y el agua, el aire y el agua, el agua y la tierra, nacen los tres principios que componen todos los metales: azufre, mercurio y sal. En la proporción correcta, el plomo común se convierte en oro. Para lograrlo hay que ponerlo al rojo y enfriarlo, secarlo y mojarlo. Lo más importante es el calor». Dresde, julio de 1703. El rey Augusto el Fuerte ordena al alquimista Böttger fabricar oro para agasajar a los invitados de sus lujosas fiestas y para financiar la guerra contra los suecos pero, ¿podrá confiar en él y en sus oscuras artes? Haxthausen, eminencia gris y jefe de la policía secreta sajona, encomienda a Benedikt Demuth que vigile al alquimista y descubra su secreto. Los intereses de Benedikt son otros: Lisa, su amada, sueña con una vida suntuosa en la corte sajona, pero Benedikt la chantajea recordándole su pasado y se sirve de ella para lograr sus propósitos...