El arte de actuar constituye un valioso compendio de las enseñanzas de Stella Adler, centrada principalmente en la atención, el reconocimiento y una actitud abierta al mundo. Aplicaba un método propio, basado en los principios de Stanislavski pero con diferencias notables: para ella, el talento, el esfuerzo, así como la autoestima son los pilares de una buena interpretación. Sus clases fueron reproducidas y reunidas en el año 1988 por Howard Kissel con la ayuda de Glenn Young, ambos importantes críticos teatrales, basándose en grabaciones, en notas tomadas por sus alumnos y en conferencias y entrevistas.