Como en Los ladrones de sombras, la primera novela de Las Crónicas de Cronos, la autora, Anne Ursu, recrea con gran habilidad e imaginación la mitología griega. Tanto que, además de hacer creíbles a los personajes humanos, hace creíbles a los divinos.
Charlotte, nuestra protagonista, madura y se convierte en una verdadera heroína clásica: capaz de resistir el sufrimiento y de hacer lo que debe hasta el final. Pero es una heroína humana, con dudas y con miedos, y con un afilado sentido del humor.
Las descripciones de este segundo libro son muy sugerentes, se ve lo que ocurre. Tiene momentos escalofriantes y terroríficos, y también momentos cómicos. Hay sorpresas y giros inesperados. Y, de principio a fin, apetece seguir leyendo.
Aunque no se conozca el primer libro, Los ladrones de sombras, esta novela se entiende perfectamente, ya que la autora cuenta de forma sintetizada y precisa lo que ocurrió en la anterior.
Un libro que nos habla de tiempos pasados con un estilo directo, en el que predominan los diálogos con un lenguaje rico y a la vez con expresiones propias de adolescentes. Nos habla de que madurar significa también tener paciencia, no quererlo todo al instante, y hacer frente a las propias responsabilidades sin esperar a que venga alguien, padre humano o divino, a resolverte los problemas.
Solo cuando sabemos que podemos perder a alguien querido, nos damos cuenta de lo que significa para nosotros.