Paulo decide retirarse del mundanal ruido y para hacer penitencia y vivir como ermitaño, con la intención de asegurarse la salvación eterna. Atormentado aun así por las dudas y tentado por el demonio, viaja a Nápoles para conocer a Enrico, un pícaro bandolero. Perdida la esperanza, seguirá sus pasos hasta perder el alma...
El condenado por desconfiado, obra clásicamente atribuida a Tirso de Molina, es un drama teológico sobre la predestinación, el libre albedrío y la salvación humana. Una de las obras cumbres del teatro español cuya perspectiva religiosa exige una revisión contemporánea.En esta edición, Ysla Campbell expone las últimas conclusiones y estudios sobre el tema, aclarando cualquier duda que aún pudiera quedar, a la par que fija un texto cuya lectura agradará al lector más exigente.
Seudónimo de Fray Gabriel Téllez nació en Madrid en 1579 o 1584 (ambas fechas aparecen en su biografía). Siendo muy joven ingresó en la Orden de la Merced y estuvo en América de donde regresó a los dos años para vivir largo tiempo en Toledo, donde fue Superior del convento de los Mercedarios. Se dio a conocer como escritor de comedias con el seudónimo de Tirso de Molina, pero denunciado por su labor teatral dejó de escribir durante diez años. Cultivó todos los géneros en uso en su época y sus obras pueden dividirse en autos sacramentales, comedias religiosas, comedias de historia nacional, comedias de carácter, comedias de intrigas, las grandes creaciones dramáticas y obras en prosa. El elemento relevante de su teatro es la creación de caracteres psicológicos, especialmente femeninos y el uso de una mayor naturalidad. En su obra abundan los paralelismos entre la vida temporal y la eterna, entre la vida religiosa y mundana, entre amores místicos y profanos. Sus dos obras más conocidas son Don Gil de las calzas verdes y El burlador de Sevilla.