«A sus libros hay que leerlos manos arriba: su peligrosidad se funda en la sabiduría solapada y la belleza mortífera de la falta de seriedad». Gabriel García Márquez. «Lo que a unos nos tomaba cien páginas, a él le tomaba una frase. Imagine el fantástico bestiario de Borges tomando el té con Alicia. Imagine a Jonathan Swift y James Thurber intercambiando notas. Imagine a una rana del condado de Calaveras que hubiera leído realmente a Mark Twain: he aquí Monterroso». Carlos Fuentes. «Estos pequeños textos, en apariencia inofensivos, muerden si uno se acerca a ellos sin la debida cautela y dejan cicatrices». Isaac Asimov. El dinosaurio sigue aquí, obra completa de Augusto Monterroso, reúne por primera vez en un solo volumen todos los cuentos del maestro del microrrelato, cada cual más brillante, ordenados cronológicamente: los recogidos en su primer Obras completas (y otros cuentos) (1959); en La oveja negra y demás fábulas (1962); Movimiento perpetuo (1972); Lo demás es silencio (1978); Viaje al centro de la fábula (1981); La palabra mágica (1983); La letra e, fragmentos de un diario (1986); Los buscadores de
Augusto Monterroso (guatemalteco, nacido en 1921) vivió exiliado en México desde 1944. Incorporado de lleno a la vida cultural de este país, en él escribió toda su obra literaria. En 1975 recibió el premio Xavier Villaurrutia y en 1988, la condecoración del Águila Azteca. Los libros de narrativa y ensayo que le han dado un lugar sobresaliente dentro de la literatura en lengua hispana son: Obras completas (y otros cuentos) (1959), La Oveja negra y demás fábulas (Alfaguara, 1998), Movimiento perpetuo (Alfaguara, 1999), Lo demás es silencio (1978), La palabra mágica (1983), La letra e (Alfaguara, 1998), Los buscadores de oro (Alfaguara, 1993), Cuentos, fábulas y lo demás es silencio (Alfaguara, 1996), Pájaros de Hispanoamérica (Alfaguara, 2002) y, en colaboración con Bárbara Jacobs, Antología del cuento triste (Alfaguara, 1997). En 1993 fue nombrado miembro de la Academia Guatemalteca de la Lengua Española, y en 1996, doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala, además de miembro de la Orden Miguel Ángel Asturias y premio Nacional de Literatura en 1997, en Guatemala. Ese mismo año recibió el premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo. En 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Falleció en 2003 en la Ciudad de México.