Este libro ?nos dice Ernesto Sabato en su pórtico? está constituido por variaciones de un solo tema, tema que me ha obsesionado desde que escribo: ¿por qué, cómo y para qué se escriben ficciones?-;No se responde a ello con una teoría formulada externamente como cuerpo de doctrina orgánico ?aunque ciertamente sí lo sea, y con ejemplar rigor y lucidez, en lo profundo?, sino en una forma particularmente viva, al ritmo de los estímulos externos o interiores, en apuntes que ?como señala Sabato? «tienen algo de ?diario de un escritor? y se parecen más que nada a ese tipo de consideraciones que los escritores han hecho siempre en sus confidencias y en sus cartas».Así, desde el breve trazo casi aforístico hasta el comentario más detenido ?analítico o polémico? que de la actualidad remite a problemas perennes, El escritor y sus fantasmas ?aparecido por primera vez en 1967, y que aquí se nos da en su edición definitiva? contiene un examen de las preocupaciones más características de Sabato ante la literatura de nuestro tiempo y ante su propio oficio de escritor.
Ernesto Sabato nació en Rojas, provincia de Buenos Aires, en 1911, hizo su doctorado en física y cursos de filosofía en la Universidad de La Plata, trabajó en radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie, en Francia, y abandonó definitivamente la ciencia en 1945 para dedicarse exclusivamente a la literatura. Ha escrito varios libros de ensayo sobre el hombre en la crisis de nuestro tiempo y sobre el sentido de la actividad literaria ?así, El escritor y sus fantasmas (1963; Seix Barral, 1979 y 2002), Apologías y rechazos (Seix Barral, 1979), Uno y el Universo (Seix Barral, 1981) y La resistencia (Seix Barral, 2000)?, su autobiografía, Antes del fin (Seix Barral, 1999), y tres novelas cuyas versiones definitivas presentó Seix Barral al público de habla hispana en 1978: El túnel en 1948, Sobre héroes y tumbas en 1961 y Abaddón el exterminador en 1974 (premiada en París como la mejor novela extranjera publicada en Francia en 1976). Escritores tan dispares como Camus, Greene y Thomas Mann, como Quasimodo y Piovene, como Gombrowicz y Nadeau han escrito con admiración sobre su obra, que ha obtenido el Premio Cervantes, el Premio Menéndez Pelayo, el Premio Jerusalén y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.