VILLENA GARCÍA, LUIS ANTONIO DE
Este libro sobre El Gatopardo representa en la buena prosa ensayística del autor la unión fervorosa de dos caminos: por una parte asistimos a una íntima y compleja lectura de lo que la película (Palma de Oro en el Festival de Cannes 1963) fue y es: no sólo una obra maestra de Luchino Visconti -acaso su mejor película- sino el nacimiento de un género, que algunos llamarían después "análisis de la decadencia", donde se aúnan la historia, la voluntad comprometida y un refinado y vistoso esteticismo.
Por otra parte, y es la parte más atractiva de este ensayo vitalista, Luis Antonio de Villena realiza con cuidado y a fondo una nueva lectura del filme desde hoy mismo complementaria y muy superadora de la anterior plasmando así Visconti el drama del mundo actual: la pérdida de la excelencia como mal del mundo y el envilecimiento de todas las clases y poderes sociales. ¿Película histórica? Al contrario, el pesimismo de El Gatopardo es el seco e inquerido pesimismo de nuestra mayor actualidad.
Nació en 1951 y publicó su primer libro de poemas en 1971. Por su poemario Huir del invierno recibió el Premio de la Crítica de 1981, y su obra lírica, hasta hoy, está reunida en La belleza impura (Poesía. 1970-1989). Celebración del libertino (1998) fue galardonado con el XIX Premio de Poesía Ciudad de Melilla. Ha publicado también novelas y relatos, así Amor pasión (1983), En el invierno romano (1986) o Chicos (1989). Entre su abundante y sugestiva obra destacaremos las novelas Fuera del mundo (1992), Divino (1994), El burdel de Lord Byron (Premio Azorín 1995), Fácil (1996), El charlatán crepuscular (1997) y Oro y locura sobre Baviera (1998). Entre sus ensayos se encuentran El libro de las perversiones (1992), Fin de Siglo. (El sesgo clásico en la penúltima poesía española), Leonardo da Vinci. (Una biografía) (1993), Carne y tiempo. (Lectura e inquisiciones sobre Constantino Kavafis) (1995), Biografía del fracaso (1997) y El ángel de la frivolidad y su máscara oscura (1999). Por El mal mundo ha obtenido el Premio Sonrisa Vertical 1999.