Pablo Tomás, el heredero, vive la existencia como un observador desapasionado. La muerte de su abuela le lleva a Isclacerta, la mansión familiar construida por su bisabuelo, un indiano legendario. Allí el joven se sumergirá en los testimonios de sus predecesores y comprenderá que forma parte de una cadena que dota de extrañeza a su vida. La interrogación sobre la identidad, el descubrimiento de un pasado cargado de datos oscuros, las dos orillas del Atlántico como espejos contrapuestos, son los puntales sobre los que el autor construye los esquemas del género.