¿Se puede narrar un país? ¿Se puede hallar
una gramática verbal para esa abigarrada
suma de confusiones que hierve bajo la triste
o hueca solemnidad de una bandera? ¿Es
posible articular con palabras todos los gozos
y los delitos cometidos en el vasto escenario
que limita una frontera? No, la sintaxis de
ese equívoco no existe. Hay, sin embargo, la
posibilidad de una mirada, y en ese empeño
quimérico se embarca un hombre a bordo de
su Erre.
El interior es la dilatada niebla suspendida
a espaldas de las patrias que alardean de su
fachada. El exterior de Argentina se llama
Buenos Aires: más allá comienza el olvido.
Martín Caparrós salió a su encuentro armado
con el oficio de los grandes narradores
(buena pluma y mejor oído); lo contempló
en pías iglesias y sórdidos burdeles, en
caminos polvorientos, lejanas aldeas,
estancias, hospitales y quebradas; lo escuchó
en malhechores y carceleros, optimistas y
desesperados, víctimas y verdugos, amos
y peones, santas y putas. ¿Dónde están las
añoradas esencias? He aquí una respuesta
literalmente aventurada. Este libro es la
crónica de esa aventura y de una melancolía.
Un testimonio implacable. Una impecable
melancolía.
Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) se licenció en historia en París, vivió en Madrid y Nueva York, dirigió revistas de libros y revistas de cocina, recorrió medio mundo, tradujo a Voltaire, Shakespeare y Quevedo, recibió el Premio Planeta Latinoamérica, el Premio Rey de España, la beca Guggenheim, plantó un limonero, tiene un hijo y ha publicado unos veinte libros. Entre ellos, los relatos que lo consolidaron como "el más importante escritor del periodismo narrativo actual" (La Nación) -Larga distancia, Dios Mío, La Voluntad, La guerra moderna, Amor y anarquía, El Interior- y las novelas, traducidas a una docena de idiomas y consideradas "un aporte mayor a la narrativa latinoamericana contemporánea" (El Mercurio): Ansay o los infortunios de la gloria, No velas a tus muertos, La noche anterior, El tercer cuerpo, La historia, Un día en la vida de Dios, Valfierno. A quien corresponda es su primer libro publicado en Anagrama.