El juego de la nube y la lluvia comenzó a gestarse en una dársena del puerto de Paramaribo, en las espesas jornadas de la antigua Guayana Holandesa, en el verano del 74. Es una recreación literaria que se desdobla en doce noches de fantasía y exotismo en que asistimos a un viaje erudito y vital por todos los mares y puertos de¡ pasado y del presente, de modo que el balanceo entre vida y lectura, imaginación y realismo, introspección y periplo se antojan imprescindibles.