En la cárcel de Santiago de Compostela, en plena Guerra Civil. un pintor dibuja el Pórtico de la Gloria con un lápiz de carpintero, reflejando los rostros... y aún más, la desesperación de sus compañeros de presidio. Un guardián, su futuro asesino, lo observa todo. A partir de esta escena, el «lápiz» de Manuel Rivas hilvana una historia donde el amor logra vencer a la desesperanza.