Una selección de entrevistas concedidas a intelectuales y periodistas a lo largo de la vida del gran poeta palestino Mahmud Darwish.
En su madurez, los cincuenta cumplidos, Darwish se declaró poeta troyano: "Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Troya desapareció del mapa, no de la historia. La suya es una poética de la presencia de Palestina contra el poder de los mitos y de los tanques israelíes: "Se llamaba Palestina. Se sigue llamando Palestina".
Nació en Galilea, Palestina, en 1942 y murió el 9 de agosto de 2008 en Houston, EE.UU. En 1948, su familia se refugió en Líbano. Al volver a su país, había dejado de ser palestino. En 1961, ingresó en una prisión israelí por abandonar sin permiso su domicilio en Haifa. Sufrió sucesivos encarcelamientos hasta que en 1970 abandonó Israel. Viajó por diversos países socialistas y Egipto. Se instaló en Beirut, donde permaneció hasta 1982. Residió en París, Túnez y Ammán, y, tras los Acuerdos de Oslo, regresó a Ramala, una de las escasas ciudades de la Autonomía Palestina. Ha sido director de la revista Temas palestinos y fundador y director de la revista literaria Al Kármel, además de destacado miembro del Centro de Investigaciones Palestinas y, de 1987 a 1993, del Comité Ejecutivo de la OLP. Su obra poética, muy extensa, es una de las más importantes de la literatura árabe contemporánea. Reeditada periódicamente y traducida a las principales lenguas, la suya es una poesía que simboliza una época y a un pueblo. Mural, el «oratorio para su propia muerte», ha sido representado en varias ocasiones en Palestina, pero fue dos semanas después de su fallecimiento, en 2008, cuando se estrenó una de sus versiones en el Festival Internacional de Edimburgo. Memoria para el olvido es la más importante de sus obras en prosa. Durante la invasión de abril de 2002 de los territorios palestinos, las tropas israelíes destruyeron y saquearon el Centro de Arte Khalil Sakakini y la Casa de la Poesía, así como el propio domicilio de Darwish.