Catorce líderes políticos españoles y latinoamericanos celebran el talento (y el talante) de Mario Vargas Llosa en un homenaje que celebra su compomiso político e intelectual. Mario Vargas Llosa pertenece a esa estirpe de escritores que se ha creído siempre en la necesidad de emplearse en el combate cívico -o político, por usar un término desprestigiado-. Tomar partido aquí y ahora, en la refriega intelectual terrenal, ha sido para él la mejor manera de apuntalar, o mantener vigentes, ciertos valores de la civilización que de otro modo hubieran perdido un importante valedor frente a la arremetida de los bárbaros. Este polemista arriesgado, que pone en juego su prestigio en defensa de unas ideas y de una manera de pensar, es a quien rinden homenaje los autores de estos textos, todos ellos dirigentes políticos en el pasado y en el presente. Es también la personificación de unas ideas liberales que no nacen del fanatismo, igual que estos políticos convertidos en escritores no defienden un solo pensamiento dogmático. El liberalismo está presidido, o debería estarlo, por la constatación de sir Isaiah Berlin de que no siempre los grandes ideales son compatibles entre sí, al menos no en su expresión máxima, y de que por ello solo la humildad, el respeto del otro y la autocrítica pueden llevarnos a encontrar fórmulas que nos permitan alcanzar el mayor grado de libertad posible sin desbordar el marco de la convivencia. Sirvan pues estos textos de testimonio de las palabras de Berlin y de sentido homenaje a Mario Vargas Llosa.