¿Sabía usted Que Samsung, la marca global coreana, es más reconocida que Sony, que su presupuesto para Investigación y Desarrollo es más grande que el de Intel y que sus utilidades en el 2005 superaron las de Intel, Nokia, Motorota o Matsushita? Que los aviones en que se hacen trayectos regionales son fabricados por Embraer, del Brasil? Que CEMEX, de México, es la cementera más grande de los Estados Unidos, la segunda en el Reino Unido y la tercera en tamaño a nivel global? Que los computadores ahora no solo se fabrican sino que en gran media se diseñan en Taiwán y China, y que parte de la asesoría para el arreglo de esos computadores procede de la India? Que las reservas de gas de Gazprom, de Rusia, son más grandes que las de todos los países petrolíferos combinados y que su capitalización bursátil compite con la de Microsoft? Y eso no es todo ¡Siga leyendo ! Hace 25 años, la mayoría de los inversionistas sofisticados pensaban que era poco menos que absurda la idea de invertir aunque fuera una pequeña porción de sus respetables fondos de pensiones o de sus fundaciones en acciones en países del Tercer Mundo. Hoy en día, varios de esos países han pasado de la categoría de tercermundistas a la de emergentes, mientras que algunos son reconocidos incluso como grandes potencias económicas. No obstante, hasta observadores entendidos aún piensan que las empresas que forman la base de esas economías son en gran parte empresas de tercera categoría, en el mejor de los casos de segunda, pero ciertamente en ningún caso de talla mundial. La evidencia indica lo contrario. Las empresas que presento en las páginas siguientes son, en la mayoría de los casos, modelos para emular, ejemplos de los cuales aprender y minas de habilidades y conocimientos que nosotros, desde la comodidad de nuestros capullos, quizá ni siquiera imaginamos existen. Como son nuevas en la carrera global, han encontrado nichos que otros pasaron por alto y han concebido estrategias innovadoras que otros desdeñaron pero que están, en realidad, mejor adaptadas al mundo interconectado y a los volátiles mercados nuevos. Todas han seguido caminos diferentes hacia el éxito, pero la mayoría de nosotros en el mundo desarrollado no las conoce ni conoce a las personas que las dirigen ni las estrategias que les permitieron escalar con esfuerzo hasta la cima de sectores industriales ferozmente competidos. Espero con este libro poder llenar este vacío de información