¿En qué momento la vocación de servicio público se transforma en soberbia y presunción? ¿Por qué el punto de vista de los demás ya no es un consejo sensato y se interpreta como una crítica inoportuna o malintencionada?
Poco a poco, los presidentes del Gobierno se alejan de la realidad para acomodarse a un mundo de halagos y parabienes en el que cuesta asumir los errores o encontrar tiempo para rectificar. La vanidad y el autobombo se convierten en moneda de uso corriente. Los ciudadanos lo perciben, y su consideración de los gobernantes acaba resintiéndose.
Son vicios que, en opinión de la autora, aparecen con más o menos intensidad en quienes nos gobiernan con creciente endiosamiento y falta de realismo.
Pilar Cernuda ejerce el periodismo político desde hace casi cuarenta años. Ha vivido en primera línea la época apasionante de la Transición, así como los avatares de los sucesivos Gobiernos y de los partidos de la oposición. Ha tenido oportunidad de tratar a los cinco presidentes de la democracia antes, durante y después de su paso por el Gobierno, advirtiendo por tanto sus cambios de personalidad y de proyecto político. Ha escrito una docena de libros, entre ellos El Presidente (una biografía de Felipe González), Ciclón Fraga, 30 días de noviembre y Contra el talante; y, junto a Fernando Jáuregui, la trilogía Crónicas de la Crispación, Aznarmanía y El Sequerón.