La obra literaria de Sidonie Gabrielle Claudine, más conocida como Colette (Borgoña, 1873París, 1954), supuso una verdadera revolución, temática y formal, en las letras francesas de comienzos del siglo xx. En 1924 apareció El trigo verde, una novela en la que confluyen las principales preocupaciones existenciales de la escritora: la explicación del amor, la exploración de las relaciones, especialmente físicas, de los seres humanos, y el dolor que causa el descubrimiento de lo que se pierde y nunca volverá a ser. Philippe y Vinca, de dieciséis y quince años respectivamente, pasan los veranos en una hermosa playa de la Bretaña francesa. Sin embargo, su sólida amistad toma un rumbo nuevo con la llegada de la adolescencia: sus juegos de niños han dado paso al rubor y a la insatisfacción, al silencio y al deseo contenido de dos jóvenes que desconocen la medida de lo que les acontece. Un nuevo y extraño torbellino de sensaciones se adueña de ellos, a la vez que descubren en el amor y en el placer físico el punto de partida del largo recorrido de desencuentros que va a suponer su iniciación en la madurez. El trigo verde es una novela cargada de sugerencia, misterio y sensualidad. La fuerza expresiva de Colette queda de manifiesto en esta sugestiva narración que ahonda en lo más genuino y enigmático del ser humano: su constante transformación
Sidonie-Gabrielle Colette (1873-1954) fue la primera mujer moderna del siglo XX. Su fascinante vida arranca en la época del decadentismo de finales del siglo XIX y termina en los años cincuenta, rodeada de gatos en un lujoso apartamento de París, después de pasar por los escenarios, ambientes, movimientos artísticos y hechos históricos más destacados de su tiempo: los salones mundanos de la Belle Époque, el ambiente del Lesbos finisecular, el bajo mundo del music-hall y el cabaret, el periodismo y la literatura, las trincheras de la Primera Guerra Mundial, el incipiente arte del cinematógrafo, los felices años veinte, los nazis en París... Sin embargo, a pesar de su celebridad como novelista y de ser una de las personalidades más conocidas de Francia, fue una mujer profundamente reservada y recelosa, que se resistía ferozmente a ser conocida.