La nuestra es una época gregaria donde lo singular está mal visto. Así nos la describe en este libro Félix dé Azúa. Y lo hace con la inteligencia y la agudeza que lo caracterizan. Como suele ocurrir con él, no se sabe qué causa mayor admiración en su escritura, si la lucidez o el estilo. Por un lado, los textos reunidos en Esplendor y nada funcionan como poemas en prosa. Una prosa que se hace más acerada (más afilada y más deslumbrante) que nunca al verse sometida a las limitaciones del género brevísimo, la columna. Y por otro, como daguerrotipos de los actores, las escenas y los paisajes del universo extraño en el que habitamos. Fogonazos que iluminan desde un ángulo inesperado cómo somos, dónde vivimos, qué nuevos horrores trae consigo nuestra era.
Félix de Azúa nació en Barcelona. Licenciado y doctorado en Filosofía, profesor de Estética y colaborador habitual del diario El País, fue conocido gracias a su inclusión en la antología Nueve novísimos poetas españoles. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Lengua de cal y Farra. Su poesía completa está reunida en el volumen Poesía (1968-1989). Ha publicado las novelas Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su parcela ensayística es amplia y destacada: Baudelaire, Lecturas compulsivas, Diccionario de las Artes y La invención de Caín. Sus dos últimos ensayos publicados han sido Cortocircuitos: imágenes mudas y Esplendor y nada. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis.
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