«No tiene nada. En la casa se come de lo que gana su hija, María, la Burra, que tiene que salir a fregar para llevar a los viejos y a un hijo el sustento. María es una buena cantaora que alterna las esporádicas actuaciones en fiestas o en tablaos con el trabajo más o menos habitual del servicio doméstico». Nadie mejor que Manuel Herrera para describir los entresijos del mundo del Flamenco que va creciendo sobre los pilares de miles de artistas que no llegaron a conocer la gloria, ni las mieles del éxito, pero que han sido esenciales para que el universo inmensurable del Flamenco sea una realidad. Desde el Tío Gregorio al Tragapanes, desde María la Perrata hasta Antonia la Gallina, a través de sus vivencias se va desgranando ese otro Flamenco que llenaba el alma ansiosa de los buenos aficionados. Manuel Herrera tras una vida dedicada a la defensa del Flamenco, deja entre estas bellísimas entrevistas su mejor legado. «Amó a Andalucía y al Flamenco hasta su último aliento». Antonio Manuel «Manuel Herrera era de nosotros, de todos, de los viejos, de los nuevos». Lucía la Piñona AUTOR Manuel