Franny se enfrenta al problema de los farsantes y la falsedad. El hecho mismo de que sea actriz profesional la obliga a plantearse la distinción entre autenticidad y falsedad y a vérselas con la vanidad y el egotismo casi a diario, e incluso su intento de renuncia a su profesión está abocado al fracaso si pretende mantenerse fiel a sí misma.