Antonia tiene veintiséis años cuando se ve sola con un niño de cuatro en el cambiante Madrid de los ochenta. La suya es la historia de un viaje interior, el de una mujer que se enfrenta a la juventud y a la maternidad mientras intenta hacerse un lugar en la vida, en una ciudad y en una época de tiempo acelerado, más propicio a la confusión que a la certeza, sobre todo para alguien que ha tenido una experiencia demasiado temprana de la pérdida y de la soledad.
Lo que me queda por vivir es la crónica de un aprendizaje: cómo se logra a duras penas sobreponerse a la deslealtad; cómo el desvalimiento y la ternura de un hijo alivian la fragilidad de quien ha de hacerse fuerte para protegerlo.
Lo que me queda por vivir tiene la fuerza de las novelas que retratan un tiempo al contar unas vidas singulares, hechas por igual de desamparo e inocencia. La escritura de Elvira Lindo alcanza aquí una belleza sobrecogedora, yendo derecha al nervio de las cosas, al corazón de esas verdades sobre la experiencia que sólo puede contar la ficción.
Elvira Lindo estudió periodismo hasta 1987, cuando comenzó a trabajar para Radio Nacional de España como locutora. Al poco tiempo empezó a redactar guiones, tarea que repitió en la SER y en varios programas de televisión. Es en estos guiones donde surgió el personaje de Manolito Gafotas, que desde la publicación del primer libro de la serie en 1994 goza de un éxito enorme. Elvira Lindo ha publicado, también para el público infantil, cinco libros protagonizados por Olivia y Amigos del alma (2000), y las novelas para adultos El otro barrio (1998) y Algo más inesperado que la muerte (2003), la obra de teatro La ley de la selva (1996), y sus crónicas de El País en Tinto de verano (2001), El mundo es un pañuelo (2001) y Otro verano contigo (2002). En 2005 recibió el Premio Biblioteca Breve por la novela Una palabra tuya, cuya versión cinematográfica está ya en preparación. También ha escrito numerosos guiones de cine. Ganadora del Premio Nacional de Literatura Juvenil en 1998, colabora habitualmente en el diario El País.