La rivalidad por la hegemonía en el Norte de África que caracteriza las relaciones entre Marruecos y Argelia arranca desde el momento mismo de la consecución de sus respectivas independencias y se agrava posteriormente por la cuestión del Sahara Occidental. La «Guerra de las Arenas» (1963) fue la primera crisis severa que puso de relieve esta tensión bilateral, siendo su causa inmediata la indefinición de la frontera terrestre entre ambos países. Este conflicto regional atrajo la atención de las cancillerías occidentales cuando el apoyo militar de Cuba y Egipto al ejército argelino amenazó con internacionalizar la crisis y provocar la intervención de las dos superpotencias. Este estudio muestra que la política adoptada por la administración Kennedy respecto a esta crisis norteafricana representó un factor de contención. Así mismo, se explica la postura tomada por el régimen franquista ante la política de acercamiento a España iniciada en aquel contexto por Hassan II, el llamado «Espíritu de Barajas».