En El hijo de Tekla Sabater la presencia de la religián católica, además de impregnar la temática erótica de la novela y de prestarle el interés que pretendía Luis Buñuel en sus películas, enclaustra las vidas de los personajes en un ambiente de espiritualidad que las dignifica en el sentido en que habla Marguerite Yourcenar cuando se refiere ai sentido sagrado de !o cotidiano de la existencia humana. Para lograr esos objetivos la novela está colmada de pensamientos sobre ios misterios de la vida y sobre las realidades culturales del mundo occidental. Con un punto de arriesgada originalidad, el texto está redactado desde el punta de vista de un burgués de veinticuatro años, lo suficientemente cultivado y ameno para ser capaz de interesar al lector, cualquiera que éste sea, y sea cualquiera su edad y su ideología.