Un libro fundamental sobre los orígenes de la Navidad;
una historia oculta de la alegría y la risa en Occidente.
Desde sus orígenes, la Navidad fue un campo de lucha entre el sector más estricto de la jerarquía eclesiástica y una parte de la Iglesia que consideró las fiestas navideñas como una oportunidad para mantener vivos entre el pueblo los más variados sentidos del júbilo pascual, de la alegría y aun el espíritu sagrado y polémico de la risa. Las controvertidas celebraciones con motivo del nacimiento de Jesús ?juegos y bailes licenciosos, comedias bufas, rituales grotescos, banquetes, villancicos obscenos
podían parecer irreverentes, pero servían como válvula de escape frente al tedio, a la par que permitían difundir ciertos mensajes transgresores como aquello de «los últimos serán los primeros», en concordancia con un tiempo festivo de inversión del orden. Alberto del Campo demuestra que la clerecía no siempre censuró las diversiones populares, sino que contribuyó a gestar una concepción de la fiesta y el humor que incorporaba la sátira al poder, incluso la parodia de personajes sagrados como san José o el furor de los locos y bufones.
Este libro sorprendente, a medio camino entre la historia y la antropología, descubre la construcción de las fiestas navideñas como motor del goce festivo en la cultura occidental cristiana. Además de referencia obligada para quien se atreva a conocer las múltiples facetas de la religiosidad cómica ?nunca extirpada del todo y que ha tenido su máximo exponente en el risus natalis?, este original y amplio estudio nos desvela en definitiva una insospechada historia cultural en torno a la diversión y la jocosidad.
(Sevilla, 1971) se licenció en Derecho, en Filología Alemana y en Antropología Social, y se doctoró en 2003 con una tesis sobre los trovadores repentistas de la Alpujarra. Profesor de la Universidad Pablo de Olavide, es autor de dieciséis libros y un centenar de artículos, su obra ha sido reconocida con siete premios internacionales y nacionales.