He aquí breves relatos y semblanzas de gente común. ¿Por qué historias mínimas? Porque son las de mujeres y de hombres que no entran en libros de historia como vencedores, ni son noticia en la prensa. Historias reales, algunas dolorosas y de aparente fracaso, pero en las que resalta la opción de rescatar la resiliencia, que comparten el porfiado amor por la vida y la brega cotidiana por una vida más digna, más humana, para ellos, para sus hijos o para otros. Estas historias nos invitan a contemplar esas vidas que, de forma más o menos consciente, buscaron ser un canto agradecido a las aguas que abrevaron sus sedes en forma oculta y misteriosa.