Una saga familiar marcada por una historia de amor imposible, magníficamente ambientada en la España y Francia de la Segunda Guerra Mundial y narrada con una gran sensibilidad.Abril de 1945. Andreu Ribera, liberado del campo de concentración de Dachau, solo tiene un propósito: llegar a París y conseguir noticias de Rosa, su mujer. Allí, en el hotel Lutecia, la Cruz Roja asiste a los deportados y organiza cuanta información llega a la capital: interminables relaciones de muertos, de desaparecidos y, las más esperadas, de supervivientes.Julio de 1969. André, hijo de Andreu, viaja hasta el Poble Sec en busca de respuestas. De labios de su abuelo Andrés conocerá los turbios secretos de la familia Ribera.Una conmovedora historia que nos llevará del París liberado a la Provenza francesa y de allí a la España franquista. Unos personajes inolvidables, obstinados en la lucha por rehacer sus vidas y marcados por el recuerdo de las interminables mañanas de angustiosa espera en el hotel Lutecia....Y un familiar y persistente olor a lavanda.
Empar Fernández, nacida en Barcelona, alterna la docencia con la escritura, tanto de ficción como de no ficción. Es autora de las novelas Para que nunca amanezca, Hijos de la derrota y El loco de las muñecas, que resultó Finalista del IX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. Con Judit Pujadó ha publicado las obras satíricas Planeta ESO, que fue reconocida con el Premio Pere Quart, y 30, 40, l ' edat amarganta. En colaboración con Pablo Bonell Goytisolo, Cienfuegos, 17 de agosto, ambientada en la Cuba colonial, y la serie de novelas negras protagonizada por el inspector Escalona, de la que han aparecido Las cosas de la muerte, Mala sangre y Un mal día para morir. Recientemente ha recibido el Premio Rejadorada de Novela Breve por La cicatriz. Al margen de la ficción, ha publicado obras de divulgación de nuestra historia reciente como Vostres i de la causa y La jornada interminable. En 1997 obtuvo el Premio Serra y Moret al mejor guión original de documental por La ciutat foradada. Colabora ocasionalmente en prensa, como columnista, y como guionista en la producción de documentales históricos.