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Pío XI afirma que San Francisco de Sales (1567-1622), obispo de Ginebra y Doctor de la Iglesia, «representa un ejemplo admirable de santidad», y que lo muestra «escribiendo sobre la vida de perfección cristiana que propone de manera asequible a todos los hombres». Muchas fueron las obras que escribió acerca de esta cuestión; entre ellas destaca, de manera especial, la Introducción a la vida devota. El libro recoge, en realidad, un conjunto de escritos que, a manera de pequeños tratados espirituales, el autor había dirigido a diversas personas. La Editio Princeps apareció en enero de 1609. Causó un impacto muy fuerte, tuvo un éxito fulgurante y su difusión fue muy rápida. Aún en vida del autor, la Introducción se tradujo a las principales lenguas de Europa: italiano, inglés, flamenco, español, alemán, y puede decirse que, hasta hoy día, son ya más de mil quinientas ediciones las que siguieron a la primera en diversas lenguas. Durante mucho tiempo, la Introducción a la vida devota se convirtió en el vademécum de los cristianos que, sin querer o poder dejar el mundo, aspiraban a vivir coherentemente la fe cristiana. Esta obra, reconocida hoy como uno de los grandes clásicos de la espiritualidad católica, representa, pues, la cristalización salesiana del mensaje de la santidad laical, la santidad en el mundo, la santidad para todos, que, especialmente después del Vaticano II, constituye el mensaje eclesial.