Las Investigaciones filosóficas dan a la luz en forma de libro observaciones que conforman, en palabras de su autor, «un conjunto de bosquejos de paisajes», fruto de «recorrer en zigzag un amplio ámbito del pensamiento en todas las direcciones». Tratan del concepto de significado, de comprensión, de proposición, reglas y gramática, necesidad, intencionalidad, justificación y experiencia, sobre voluntad y los estados de conciencia, entre otros asuntos.
Sobre el trasfondo del Tractatus logico-philosophicus, y en contraste con él, Wittgenstein trata de dilucidar los problemas filosóficos generados por el uso y el abuso del lenguaje ordinario. Esta labor de desenmascaramiento recurre a un método de «entrelazado» o «trenzado» de los argumentos, en que «se superponen muchas fibras». El minimalismo expresivo y el estilo «aforístico» del texto son así producto de la concisión y la intensidad del pensamiento. Este trabajo reflexivo suscita una pluralidad de lecturas, dejando al lector que siga indagando por su cuenta los problemas y aporte su solución. Como dice Wittgenstein: «No quisiera con mi escrito ahorrarles a otros el pensar. Acaso, si fuera posible, estimular a alguien a tener pensamientos propios».
La presente traducción, basada en la cuarta edición revisada de la obra, ha tenido en cuenta los últimos resultados de la investigación sobre los manuscritos originales y las distintas versiones previas del texto publicado póstumamente en 1953.
(1898-1951) Vivió en Austria e Inglaterra y ejerció una gran influencia sobre el neopositivismo y la filosofía del lenguaje. Muchas de sus obras están traducidas al castellano, entre ellas su famoso Tractatus logico filosoficus, así como Investigaciones filosóficas, Los cuadernos azul y marrón y Escritos sobre filosofía de la psicología, entre muchas otras.