¿Hay que beatificar a la reina Isabel? Ésta es la espinosa pregunta que constituye el eje principal de este incisivo ensayo sobre el papel que Isabel I de Castilla (1451-1504) tuvo en las grandes medidas políticas y religiosas del reinado de los Reyes Católicos, un reinado al que con frecuencia se califica como la Edad de Oro de España.
Joseph Pérez ha superado con maestría la difícil apuesta de separar aquella mítica pareja de príncipes íntimamente asociados: Fernando e Isabel. ¿Qué cuota de responsabilidad tuvo esta última, -presentada a menudo por los historiadores como un modelo de virtud, aunque se le reproche haber llevado la piedad hasta el fanatismo-, en la creación de la Inquisición y la expulsión de los judíos, dos actos cargados de consecuencias? ¿Y en la Reconquista que expulsó a los musulmanes del reino de Granada? ¿O, incluso, en el descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón y el trabajo forzado de los indios que de él se derivó, condenando a millares de ellos a una muerte segura?
El autor aborda todas estas molestas cuestiones sin rodeos, con una honestidad y un rigor histórico poco comunes. Es entonces cuando emerge la figura de una reina maquiavélica, movida más por una ambición absolutista que por ningún tipo de misticismo, y la imagen de una España donde la unidad de fe llegó a ser la condición indispensable para su modernidad.