?Puedes quedarte con el universo mientras yo pueda tener Italia?, dijo una vez el compositor Giuseppe Verdi. Ya a mediados del siglo XIX, el lenguaje emotivo de Verdi apelaba a los sentimientos patrióticos de un emergente Estado nación. Después de décadas de lucha cruenta, el movimiento conocido como Risorgimento triunfó con la proclamación de la unificación de Italia en 1861, que juntó reinos y territorios dispares que hasta entonces habían sido gobernados por Austria, el reino de Cerdeña y los Estados Pontificios.Hoy, la apelación de Verdi a Italia no sólo encuentra eco entre sus compatriotas, sino también entre millones de personas de todo el mundo que observan esta península con forma de bota cautivados por su luz, su arte y su sensualidad. Esta colección es un documento visual fascinante de la Italia de principios del siglo XX que reúne fotocromos y láminas antiguas en color.De costa a costa, por escenarios de la Antigüedad clásica y del prodigioso Renacimiento, por los canales venecianos y a lo largo del colorido litoral amalfitano, cada una de estas evocadoras imágenes impresiona tanto por su claridad cromática como por su vívida evocación de tiempos pasados. Como si se tratara de un sueño encantado, caminamos por una plaza de San Marcos vacía y en penumbra, paseamos solos por el patio en sombras de la Galería de los Uffizi y nos cruzamos con unos pocos carros tirados por caballos frente al Panteón en Roma. En lugar de cámaras, guías y grupos de visitantes, encontramos a comerciantes y trabajadores, tranquilas escenas callejeras y barrios humildes. El hechizo de los escenarios históricos y el cálido encanto de la vida cotidiana se combinan y dan como resultado un magnífico retrato de un joven país que luchó por existir y se ganó los corazones del mundo entero.