Sabemos más sobre la superficie de la Luna que acerca del fondo marino. Cualquiera que tenga un telescopio en su jardín puede obtener una vista más clara de la geología lunar que la que los geólogos marinos pueden conseguir de su objeto de estudio. El fondo marino es un lugar que sólo ahora está empezando a explorarse. Vivimos en una época en la que la posibilidad remota de encontrar una bacteria fósil en Marte es suficiente para generar un entusiasmo tremendo y carísimas misiones de exploración a aquel planeta. Sin embargo, pasamos por alto, con satisfacción y con casi total ignorancia, el mayor y más extraño hábitat de la Tierra.