Escritor inclasificable, crítico volátil y pensador enmascarado, Giorgio Manganelli reflexiona sobre la naturaleza de lo literario en La literatura como mentira y nos la presenta como un artificio inmoral, cínico, provocador, antisocial. Afirma que no hay literatura sin deserción, sin desobediencia. ¿Pero deserción de qué? ¿Cuál es la renuncia que la literatura impone tanto a quien escribe como a quien lee? Es la renuncia a la verdad: la literatura no solo miente, sino que es toda ella mentira, y su historia es a la vez la historia de un mismo engaño, repetido sin pausa.
Para rastrear la naturaleza mendaz de la literatura, Manganelli recorre al mismo tiempo y sin distinciones las obras de autores clásicos (Dickens, Stevenson, Hoffmann), contemporáneos (Beckett, Nabokov, Yeats) y extemporáneos (Compton-Burnett, Lovecraft, Abbott), embarcándose sin avisarnos en una historia subterránea de la literatura, repleta de laberintos incendiarios, argumentos homicidas, trampas de la estructura, místicas de la apariencia. Bajo su perspectiva crítica, cualquier libro y especialmente el suyo propio se convierte en un artefacto explosivo a punto de estallarnos entre las manos.
Pero quizás bajo toda esta amenaza literaria, la condición mentirosa de la literatura sea solo una última máscara, la que nos oculta su secreto mejor guardado: para la literatura, no menos que para la mentira, siempre hacen falta dos, escritor y lector. Las naturalezas simétricas de la mentira y de la literatura nos recuerdan que no estamos solos. Hay alguien ahí fuera, y somos nosotros.
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