Presentación de Eduardo MendozaTraducción de Panteleimón Zarín
Entre las obras que Richmal Crompton escribió «para adultos», destacan la novela La morada maligna y el volumen de relatos Bruma, ambas obras más o menos de misterio o fantásticas. Sus incursiones en este género eran hasta ahora desconocidas en castellano, y es de suponer que no defraudarán ni a los entusiastas de lo sobrenatural ni a los aún incontables devotos de su héroe natural, Guillermo Brown.
La presente edición incluye un prólogo de Eduardo Mendoza y, a modo de apéndices, las listas completas, aquí «puestas al día», de los «pares literarios» nombrados por los diferentes reyes de Redonda.
Reseñas:«Para quienes no conocen la obra de Richmal Crompton, La morada maligna constituye sin duda un regalo. A quienes en nuestra infancia leímos con avidez los relatos de Guillermo Brown, La morada maligna nos reserva además una sorpresa.»Eduardo Mendoza«¿Quién fue Richmal Crompton? Mi hada madrina: sopló sobre mi cuna el hálito libérrimo de la irreverencia, de lo imprevisto, de la rebeldía con humor y sin crueldad. Me convirtió en proscrito... dentro de un orden.»
Fernando Savater«Debo en gran medida a Richmal Crompton, aquella casi invisible mujer inglesa, el haberme dedicado a la literatura... Tengo, por tanto, una muy vieja deuda contraída con ella y con su banda de niños dignos y desobedientes, que tanto imité en mis primeros escritos. Bienvenida a este Reino, Richmal Crompton.»
Javier Marías
Blog de Javier Marías:https://javiermariasblog.wordpress.com/category/reino-de-redonda/
Richmal Crompton nació en Bury, Lancashire, en 1890, y murió en 1969.
Su nombre completo era Richmal Crompton Lamburn.
Estudió Lenguas Clásicas y de joven
fue sufragista: durante unos años se
dedicó a la enseñanza del Latín y el Griego,
hasta que padeció poliomelitis y hubo de
abandonar la docencia en 1923: cargó ya
para siempre con una pierna casi inútil y un bastón en la mano. Nunca se casó ni tuvo hijos,
lo cual no le impidió pasarse la
vida
en contacto con niños, pues entre 1922
y 1968 escribió y publicó treinta y ocho
volúmenes con las andanzas de uno de los
jóvenes más admirados, envidiados e
imitados de la literatura mundial, Just William
en Inglaterra o Guillermo Brown en España,
también conocido como Guillermo el Proscrito
y Guillermo el Travieso, cuyas inolvidables
correrías gozaron de extraordinario éxito entre los chicos de varias generaciones.