Aceptar la muerte como el único acontecimiento ineluctable de la existencia no ha sido nunca, en ninguna cultura y en ninguna época histórica, un hecho natural. Desde la mitología de la reencarnación al tránsito a una vida eterna o a un mundo infernal, son muchos los sistemas ideados por el hombre para sustraerse al drama del fin biológico. En estas páginas se recorre la inmensa variedad de experiencias humanas que se oponen a la actitud laica ante la muerte y fían la suerte final al juego de las esperanzas. Así pues, al desorden de los instintos se opone la conciencia lógica de nuestro itinerario. El deseo de adecuarse a la condición del difunto y negar su desaparición ha determinado, a lo largo de la historia, una serie de actitudes simbólicas: el luto, expresión del sufrimiento. es el sistema ritual a través del cual las culturas intentan librar al hombre de la angustia final: Por consiguiente, no se trata ya dé frustración por la pérdida, sino de triunfo sobre la muerte.