«Había dejado a W. unos meses antes, él me dijo que se iba a ir a vivir con una mujer, pero no quiso decirme su nombre A partir de ese momento fui presa de los celos. La imagen y la existencia de la otra mujer no dejaban de obsesionarme como sí ella hubiera entrado en mi, Esta ocupación es la que describo. Una crónica deshinibida y liberadora de un proceso de celos.